¿Es
la música una droga acústica?
¿Por
qué nos emociona una melodía y otra nos desagrada profundamente?¿Qué nos incita
a bailar en presencia de cierto tipo de música?¿Cuál es el origen de la música?
Preguntas sencillitas, como a mí me gusta, que intentaré responder con cautela
en dos apuntes independientes para no aburrir al personal.
Dice
Benedick en Mucho ruido y pocas nueces: ¿No resulta extraño que los intestinos
de la oveja arrebaten las almas de los cuerpos de los hombres? La relación
entre música y emociones, aunque parezca extraño, no se ha comenzado a estudiar
hasta hace bien poco. Se sabe que el aspecto emocional de la música tiene que
ver con la activación del sistema límbico e incluso con algunas regiones de la
corteza cerebral. Se sabe además que la música aumenta la liberación de
dopamina en el núcleo accumbens (lo que constituye un estímulo positivo, como
si se tratase de una droga) y también produce liberación de endocannabinoides y
endorfinas.
Y se ha estudiado también si se activan diferentes regiones en el
cerebro en función de si una música es agradable o desagradable. Lo que se ha
visto a este respecto es que cuando la música es agradable hay una activación
mayor de los lóbulos frontales y cuando la música es desagradable se activan los
lóbulos temporales, aunque todavía no está muy clara la razón de esta
separación.
A lo
que han contribuido estos estudios es a confirmar la teoría modular de la
percepción musical, que propone que los diferentes aspectos de la música
(emoción, ritmo, tono, etc) se procesan en regiones diferentes y parcialmente
superpuestas de ambos hemisferios cerebrales. Y además estas regiones presentan
una gran variabilidad interindividual (el aprendizaje, obviamente tiene mucho
que ver en estas diferencias e incluso el estilo cognitivo del individuo, para
más información visitar este interesante apunte en Psicoteca).
Las
emociones que genera la música son tan intensas que pueden llegar a ser
patológicas, como en el caso de la epilepsia musicogénica, donde se induce un ataque
epiléptico por la audición de cierta música. En el desencadenamiento de estos
ataques no parece que sea importante la estructura de la pieza musical en sí
(como ocurría con aquellas imágenes de Pokemon en Japón) sino con las emociones
que activa la música en cuestión.
El
aspecto inverso de la epilepsia musicogénica serían las alucinaciones
musicales, en las que una activación eléctrica anormal de estructuras del
lóbulo temporal mesolímbico activaría redes de memoria musical que hacen que el
individuo escuche sin cesar alguna canción determinada. Oliver Sacks comenta
alguno de estos casos en Un antropólogo en Marte, en personas de avanzada edad
que escuchaban continuamente canciones de sus años mozos.
Por
último, y para hacer honor al nombre del blog (que hoy debería llamarse el
cerebro de Mozart), hablemos un poco de evolución. ¿Es posible que el
desarrollo de la percepción musical pueda tener alguna función biológica
adaptativa? No parece que sea el caso. Steven Pinker lo explica muy bien: Hasta
la fecha se han hecho muchas sugerencias- la música une al grupo social, disipa
la tensión, coordina la acción, intensifica el ritual- pero ¿por qué los
sonidos rítmicos unen al grupo, disipan la tensión, etcétera? En lo que
respecta a las causas y los efectos biológicos la música es inútil.
No muestra
la presencia de signos que indiquen que está diseñada para alcanzar un
objetivo, como sería la longevidad, tener nietos o una percepción y predicción
exactas del mundo.[...] La música parece ser pura tecnología del placer, un
cóctel de drogas de entretenimiento que ingerimos a través del oído para
estimular una masa de circuitos del placer al mismo tiempo.
La
idea de Pinker es que la música es un subproducto evolutivo genuino del hombre
y que procedería de otras facultades mentales como el lenguaje, el análisis de
la escena auditiva, los reclamos emocionales, la selección del hábitat, y el
control motor (del que hablaré en el siguiente apunte). La cuestión que queda
pendiente es, entonces ¿por qué la música amansa a las fieras?