POR FIN, AL ALCANCE DE TU MANO, LA GUÍA QUE TE LLEVARÁ
PASO A PASO A ESCOGER LA MÚSICA CORRECTA PARA EXPRIMIR LO MEJOR DE TU CEREBRO Y
AL MISMO TIEMPO CONVERTIR TU LUGAR DE TRABAJO EN ESE LUGAR CON SOUNDTRACK QUE
TANTO ANHELAS.
Probablemente
estés leyendo este artículo con los audífonos puestos y la música sonando.
Si
sabes escoger cuidadosamente la música que necesitas, quizá encuentres por fin
la manera de ponerle riendas a ese salvaje cerebro procrastinador que te echa
por tierra cada que intentas llevarlo por el buen camino. La clave está en
saber en qué momento y en qué dosis administrarle la droga sonora que lo
ablanda o lo pone alerta.
Nunca
ha sido más fácil añadirle a tu trabajo un soundtrack personalizado y, más
importante aún, aislarte del resto de tus colegas, compañeros de cubículo o del
resto de los clientes de la cafetería donde te encuentras. Pero no toda la
música es igual, sobre todo cuando lo que buscas es que el trabajo esté hecho.
¿Cuál es la mejor selección musical para cada tarea? ¿Qué canciones te ayudarán
a tener energía, concentrarte y ser creativo, o sólo sobrevivir a un largo día
de trabajo?
Empecemos
con lo más básico.
Escuchar
música afecta a tu cerebro
Ponerte
los audífonos genera un puente directo entre el artista que escuchas y tu
córtex auditivo. Mientras la música suena, muchos centros del cerebro pueden
activarse, dependiendo si la música es nueva o conocida, feliz o triste, en
clave mayor o menor, o si tiene o no letra.
Algunas
tareas son más fáciles con música…
Investigaciones
muestran que la música se lleva mejor con tareas repetitivas que requieren
concentración pero bajos niveles de cognición. Un estudio de 1972 en ergonomía
encontró que los trabajadores de fábricas se desempeñaban mejor escuchando
canciones felices de fondo.
…y
otras más difíciles
No te
engañes: escuchar música significa estar haciendo varias cosas al mismo tiempo.
Cualquier recurso cognitivo que tu cerebro gasta en entender letras, procesar
emociones o recordar el momento en que escuchaste esa canción, no estará
disponible para ayudarte a trabajar. En otras palabras, estas consumiendo RAM y
tu cerebro podría alentarse.
Estudios
muestran que la lectura de comprensión y la memorización decaen cuando la
música suena. O sólo intenta poner números en una hoja y hacer cuentas mientras
escuchas esto:
Encuentra
el balance correcto
Lo
malo de escuchar música en el trabajo es que demanda atención. Lo bueno es que
te hace sentir mayor energía y mejora tu ánimo. También es buena para eliminar
otros ruidos que pueden distraerte. El truco es elegir cuidadosamente y
encontrar la música indicada para cada tarea.
Para
tener un estímulo cognitivo, escoge música que no tenga letra…
Esto
hace sentido para cualquiera que acostumbre escuchar música en el trabajo,
especialmente si realizas algo relacionado con el lenguaje. Los centros de
lenguaje de tu cerebro no pueden evitar descifrar las palabras que escuchas, lo
que hace que sea mucho más difícil concentrarte en escribir o en leer.
Si
simplemente no puedes encontrar música sin letras, puedes escoger algo en un
idioma que no entiendas:
Algunos
estudios sostienen que la música en clave mayor (canciones que suenan más
felices) te hacen sentir que el tiempo transcurre más rápido y la música el
clave menor hace que el tiempo se expanda y parezca más lento. Si eso es bueno
o malo depende de cuánto tengas que hacer antes de llegar a casa.
escuches música todo el tiempo
Un
estudio ampliamente citado de 1972 encontró que los beneficios de la música
desaparecen cuando la escuchas constantemente. Y a veces tu cerebro necesita
todos los recursos cognitivos posibles. Irónicamente, otro estudio de 1989
señala que “complejas tareas gerenciales son probablemente mejor llevadas a
cabo en silencio”.
Música
para arrancar
Existe
un momento de trabajo que tiene reglas completamente diferentes: cuando quieres
detonar una respuesta emocional. Intenta escuchar rock o el soundtrack de una
película de acción para ponerte en acción, o prémiate con una de tus canciones
favoritas cuando el trabajo está hecho. Esto te da muchos de los beneficios
cognitivos de la música sin exponerte a sus desventajas.
Presiona
shuffle para un shot de dopamina
Como
ya mencionamos, tu cerebro lucha por predecir el futuro, así que darle algo de
impredicibilidad a la mezcla puede recompensarte con una dosis de su
neurotransmisor favorito: la dopamina. Para aprovechar tu farmacia cerebral al
máximo escoge un género de música que pudiera gustarte.
Algunos
de los mejores géneros para trabajar
Si
estás listo para experimentar qué tipo de música le va mejor a tu estilo de
trabajo, aquí hay algunas sugerencias:
Jazz:
Una variedad increíble de estados de ánimo y tiempos, la mayoría sin voces.
Puedes intentar con Miles Davis, Alice Coltrane o Thelonious Monk.
Clásica:
Aún más variedad. A mucha gente le encanta la música de Johann Sebastian Bach
por su elegancia matemática, sus procesiones y sus variaciones.
Compositores
minimalistas: Repetitivas por naturaleza, en su mejor momento pueden inducirte
el tipo de trance que estás buscando. Prueba con Steve Reich o Philip Glass.
Chill-out:
El nombre lo dice todo, pero trata de no relajarte demasiado. Prueba Bonobo o
Cinematic Orchestra.
Ambient:
Apenas te darás cuenta de que está ahí.
Escucha por ejemplo a Brian Eno.
Soundtracks
de películas: Esto es de lo mejor si quieres que tu corazón empiece a latir.
Escucha el soundtrack de Only God Forgives.
Reggae:
No hay nada mejor para ponerse de buen humor. Puedes intentar con cualquiera de
los Marley.